8.1. Cinco dimensiones morales de la era de la información
La tecnología de la
información cambia los hábitos de vida, los usos y costumbres, permitiendo a
alguna persona hacer algo que antes de dicha tecnología resultaba inimaginable
hacer.
Los efectos o impactos de los cambios
en la era de la información, proponen según K. C. Laudon & J.
Laudon; las siguientes cinco dimensiones
morales:
1.- Derechos y obligaciones de la información: ¿Cuáles son los derechos de
los individuos y de las corporaciones acerca de la información sobre ellos
mismos? ¿Cuáles son los medios lícitos para protegerla? Y ¿Cuáles son las
obligaciones que se tienen respecto a esa información?
2.- Derechos de propiedad: ¿Cómo se trasladan los conceptos clásicos de
patente y propiedad intelectual a la tecnología digital? ¿Cuáles son esos
derechos y como se protegen?
3.- Responsabilidad y control: ¿Quién
es responsable y quién controla el uso y abuso de la información de las
personas?
4.- Calidad de los sistemas: ¿Cuáles estándares de datos, información y
programas de procesamiento deben ser exigidos para garantizar la protección de
los derechos individuales y de la sociedad?
5.- Calidad de vida: ¿Cuáles valores deben ser conservados y protegidos en
una sociedad basada en la información y en el conocimiento? ¿Qué instituciones deben protegerlas y cuáles
deben ser protegidas?
Estas cinco
dimensiones representan en gran medida, las consideraciones, preguntas y
respuestas éticas que debiera realizarse una sociedad al momento de introducir
una nueva tecnología.
8.2.
La ética en una sociedad de la información
Es una
nueva disciplina que pretende abrirse campo dentro de las éticas
aplicadas. Identifica y analiza los
impactos de las tecnologías de la información en los valores humanos y
sociales.
Los
distintos Estados que interactúan en el ámbito institucional de las Naciones
Unidas aceptaron como universales, principios de
ética social como la igualdad entre los seres humanos, sin importar diferencias
de sexo, religión o etnia; la igualdad entre las naciones y las culturas, sin
importar sus historias particulares o su grado de desarrollo; la democracia
como sistema político; el acceso a servicios de salud, educación y recreación
como derechos naturales. Los estados que interactúan hoy en la escena mundial
tienden a hacer propios valores culturales nacidos con la modernidad
occidental. Y más recientemente, en la medida en que se hacen evidentes las
dramáticas consecuencias de la industrialización desmedida, valores
relacionados con la defensa supranacional del medio ambiente; y con la
concepción de un desarrollo sustentable de las naciones, es decir un desarrollo
capaz de preservar trans-generacionalmente la parte del medio ambiente que a
cada nación le ha tocado compartir con el resto del mundo. En la base de esas
concepciones éticas, se encuentran las de que en el mundo moderno es indispensable
acceder a la información de carácter científico, técnico y humanístico para
garantizar los derechos.
Ser una
sociedad de la información es una situación; una etapa a la que se arriba. Es
la condición que según algunos sociólogos, economistas, comunicólogos continúa
a la de país industrializado.
La Sociedad
de la Información es un hecho permanentemente reconstruido por actores que
pertenecen a sectores sociales de la gran mayoría de los países del globo.
Actores que interactúan supra y transnacionalmente por medio del conjunto
integrado, a través de Internet, de infraestructuras nacionales de información para ofrecer, vender, consumir y utilizar
información y conocimiento. La Sociedad de la Información es resultado, de los
procesos que podríamos llamar de informatización que se producen en los Estados
Nacionales, por medio de los cuales se hace posible que actores de cada vez más
amplios sectores sociales tengan acceso al uso de las tecnologías de información y comunicaciones,
para su participación en la vida social. Vistas las cosas así,
integrando la visión local con la global, una sociedad, un país, un
Estado-Nación particular puede no ser una Sociedad de la Información pero, a
través de algunos de sus sectores sociales, participar de la Sociedad de la
Información.
En países de América Latina y el Caribe los que forman
parte de la Sociedad de la Información son minoritarios. Las sociedades
latinoamericanas no son sociedades de la información. En ellas están presentes
en grados relativamente bajos, en todo caso, son sociedades en proceso de informatización;
en camino de llegar a ser sociedades de la información.
8.3. Dimensiones
morales de los Sistemas de Información.
Derechos y
obligaciones de información:
Qué derechos de información tienen los individuos y
las organizaciones respecto a la información acerca de sí mismos? ¿Qué pueden
proteger? ¿Qué obligaciones tienen los individuos y las organizaciones en lo concerniente
a esta información? ¿ Qué poseen los individuos con
respecto a la información sobre ellos mismos?
Derechos de
propiedad:
¿Cómo se protegerán los derechos tradicionales de propiedad intelectual
en una sociedad digital en la que es difícil rastrear y justificar la
propiedad, y es muy fácil hacer caso omiso de tales derechos?
Responsabilidad formal
y control:
¿Quién puede rendir cuentas y hacerse
responsable por los daños a los derechos de información y propiedad
individuales y colectivos?
Calidad del
Sistema:
¿Qué estándares de calidad de datos y sistemas se deben exigir para
proteger los derechos individuales y la seguridad de la sociedad?
Calidad de Vida:
¿Qué valores deben preservarse en una sociedad basada en la información
y los conocimientos? ¿Qué instituciones deben ser protegidas contra
violaciones? ¿Qué valores y prácticas culturales apoya la nueva tecnología de
información?
Ilustración
Conclusiones
La sociedad debe prepararse cada vez más para
afrontar esta transición de la sociedad de la información que se presenta y cada individuo deberá administrar
los conocimientos e información con juicio recto y moral.
Las organizaciones empresariales que deseen
ser competitivas, deben adaptar la tecnología de información para administrar
su información, pero siempre cuidando los principios éticos que delineen
las políticas empresariales y los
procedimientos a seguir con el uso de la información.
Estamos ante un intento serio de proponer una
reflexión sistematizada de los aspectos éticos de una de las cuestiones más relevantes de nuestro
entorno social.
Se tiene que educar en concienciación ética.
En Venezuela contamos con la Ley Orgánica de Telecomunicaciones de 1 de junio de 2000 (Gaceta Oficial nº 36.970 de 12 de junio de 2000) de Venezuela; para velar por los derechos y deberes de los ciudadanos que hacen uso del ciberespacio.
Indyra G. Araujo T.
Seminario 727